La meta y el propósito del Entrenamiento

La meta del Entrenamiento

  1. Alcanzar la cumbre de la revelación divina —Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad.
  2. Alcanzar la cumbre de la Sion actual (los vencedores) en la Jerusalén presente (la iglesia)—Apocalipsis 14:1.
  3. Alcanzar la realidad del Cuerpo de Cristo al vivir una vida conforme a la muerte de Cristo en el poder de Su resurrección—Filipenses 3:10.

El propósito del Entrenamiento

  1. Edificar a los que se entrenan en Cristo para que crezcan en Su vida hasta llegar a la madurez—Efesios 4:15; Colosenses 1:28.
  2. Equipar a los que se entrenan en la comprensión de las verdades divinas conforme a las Escrituras y por la revelación del Espíritu Santo—2 Timoteo 3:16-17; 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:18.
  3. Educar a los que se entrenan a cultivar su capacidad espiritual en la predicación del evangelio, la alimentación de los creyentes jóvenes, el perfeccionamiento de los santos y la práctica del profetizar la Palabra de Dios para la edificación de las iglesias locales, consumando la edificación del Cuerpo de Cristo—Mateo 28:19; 1 Tesalonicenses 2:7; Efesios 4:12; 1 Corintios 14:1.

El entrenamiento a tiempo completo en Anaheim se estableció en el otoño del 2000, en principio solamente para hermanos y hermanas de habla china. En la primavera del 2002 el entrenamiento se empezó a dar también en inglés, coreano y español para ayudar a los santos en estos cuatro idiomas en las siguientes áreas:

  • Crecer en la vida divina
  • Ser constituido con las verdades de la Biblia
  • Desarrollar sus capacidades espirituales (por ejemplo, predicar el evangelio, nutrir a nuevos creyentes, perfeccionar a los santos, profetizar)
  • Cultivar un carácter apropiado

Los que se entrenan son santos de todas las nacionalidades y diferentes trasfondos entre 35 y 65 años de edad. En el transcurso del programa de un año, los que se entrenan toman clases, participan en la predicación del evangelio, nutren a nuevos creyentes, perfeccionan a los santos, profetizan y sirven en áreas prácticas.

La meta del entrenamiento es fomentar un vivir como miembros vencedores que funcionan en el Cuerpo de Cristo para el cumplimiento del propósito eterno de Dios.